13 septiembre 2022
Docentes y estudiantes de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, una de las cinco que integran C2030 UC, desarrollan desde un huerto urbano el curso "Tópicos de Investigación", a través del que ayudan a Clínica Familia, entidad especializada en cuidados paliativos para pacientes con enfermedades incurables.
"Aprender haciendo". Ese es el principal espíritu que persigue el curso "Tópicos de Investigación", que lideran los académicos Luis Mejías, Francisco Fuentes y Nicholas Reyes. Una asignatura que dictan cada jueves a sus estudiantes, desde un huerto ubicado en la comuna de La Florida, a un costado de Clínica Familia, entidad que realiza cuidados paliativos de personas que están en la etapa final de enfermedades incurables.
Luis Mejías, destaca esta noble instancia porque nació como solicitud de los alumnos: "Nuestros estudiantes nos pidieron tener un trabajo con comunidades. Como profesor creo que el huerto nos ayuda a salir del exceso de pantallas. El huerto es justo lo contrario porque requiere paciencia de nuestros estudiantes. Además, les muestra el fruto de su propia creación. Eso es lo bueno, de trabajar un curso directamente en el terreno".
Para Francisco Fuentes "la huerta es una oportunidad donde se pueden poner en práctica todos los conocimientos de las y los muchachos. Lo fantástico de esto es que está de la mano con necesidades reales de una comunidad, como es el caso de la Clínica (Familia), por lo tanto, es una experiencia bien innovadora desde el punto de vista de la educación de los estudiantes y su formación profesional, y también por las necesidades que tiene la clínica".
Nicholas Reyes, coordinador del curso, destaca el aporte que realizan los estudiantes a la comunidad, al ayudar a los pacientes y funcionarios de Clínica Familia. "El trabajo que desempeñamos en la clínica se puede dividir en dos: Lo primero, corresponde al apoyo técnico que presta la clínica mediante prácticas profesionales para desarrollar un huerto urbano productivo, capaz de abastecer las necesidades alimenticias del casino, quien provee de alimento tanto a funcionarios como pacientes. En segundo lugar, existe como gran objetivo vincular, mediante estudios participativos, el huerto con los pacientes de la clínica.
El curso desarrolla temáticas como el valor terapéutico del huerto en los pacientes, accesibilidad al espacio y el uso sustentable de los recursos con los que se cuenta (agua de canal)". El agrónomo aclara que los pacientes aún no participan del huerto, dado que todavía no se logra cumplir con los protocolos de accesibilidad universal para que esto sea posible.
Significado para los estudiantes
Ernesto De Blasis, es estudiante de Magister de Gestión de empresas agroalimentarias y participa como voluntario en el huerto. Al respecto señala que esperan "que el huerto empiece a crecer y que nos sirva para atacar las problemáticas que ya se han diagnosticado a principios de este año. Estamos en una segunda fase donde ya existen siete bancales y dos más en proceso. Por lo tanto, estamos más cerca de alcanzar la meta de alimentación (para la clínica) que se propuso en un principio". También destacó la importancia de que el curso tenga continuidad: "Esperamos que el proyecto siga, se ve muy viable, la idea es hacer crecer el espacio y que la clínica tenga una mayor conexión con la universidad, con las personas que están trabajando y los profesores que se están uniendo y están creando una comunidad más grande para hacer surgir este proyecto a un corto y mediano plazo".
Valentina Quiñones, es estudiante de la asignatura y relevó su aporte tras declarar que "tomé el ramo porque me llamó mucho la atención no tener que estar en una sala, y en cambio poder estar en la huerta, haciendo cosas con las manos. Cuando nos contaron que íbamos a trabajar con pacientes con cáncer, le encontré más sentido", señaló la estudiante de cuarto año de Agronomía, quien se encuentra cursando el Minor de Vegetación Urbana, del Departamento de Ciencias Vegetales.