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No miren arriba: Telescopio en Chile ayudará a detectar asteroides peligrosos

07 febrero 2022


Observatorio El Sauce, en la Región de Coquimbo, se suma a sistema de alerta planetaria junto al Observatorio Astronómico Sudafricano: en coordinación con otros dos telescopios en el hemisferio norte podrán rastrear de manera permanente el cielo en busca de potenciales amenazas para la Tierra. Astrónomos de la Facultad de Física, que integra C2030 UC, participan de esta iniciativa.

 
El suace

La estación chilena, por su parte, es financiada parcialmente por el Instituto Milenio de Astrofísica (MAS), y se encuentra en el Observatorio El Sauce, operado por Obtech, y cuenta con la colaboración académica del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica.

Se hizo mundialmente conocida gracias a la película “No miren Arriba”, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, pero la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria (PDCO) de la NASA realmente existe: posee un sistema de alerta de impacto de asteroides llamado ATLAS (por sus siglas en inglés), manejado por la Universidad de Hawái y que cuenta con dos telescopios en el hemisferio norte, más dos nuevos que acaban de ser inaugurados en el hemisferio sur, uno de ellos en Sudáfrica y el otro en Chile.

Gracias a estos dos nuevos telescopios -que se suman a los dos originales del sistema ubicados en Halakeala y Maunaloa, en la isla de Hawái-, desde ahora será posible rastrear el cielo nocturno de forma permanente en busca de cuerpos peligrosos que puedan amenazar a nuestro planeta. La etapa de construcción de los nuevos instrumentos ya se completó, y las operaciones iniciales se encuentran en marcha, a través de la Estación de Observación de Sudáfrica, perteneciente al Observatorio Astronómico Sudafricano (SAAO), y el Observatorio El Sauce, ubicado en la Región de Coquimbo, en Chile.

“La necesidad de observar el hemisferio sur y expandir la cobertura horaria de ATLAS, junto con los cielos prístinos de Chile y sus recursos humanos locales, conformaron el escenario ideal para que uno de los nuevos telescopios pudiese instalarse en territorio nacional,” señaló Alejandro Clocchiatti, académico del Instituto de Astrofísica (dependiente de la Facultad de Física, una de las cinco facultades que integran Ciencia 2030 UC) e investigador asociado del Núcleo Milenio de Astrofísica (MAS), co-líder de ATLAS en Chile.

Hasta ahora el sistema ATLAS ha encontrado más de 700 asteroides cercanos a la Tierra y 66 cometas, incluyendo la detección de dos asteroides pequeños, 2018 LA y 2019 MO, que sí colisionaron con la Tierra. Este sistema está diseñado especialmente para detectar objetos que se acerquen mucho al planeta – más cerca que la distancia a la Luna, alrededor de 348.000 km.

El profesor Clocchiatti explica que la ubicación de los nuevos telescopios fue elegida no solo por su acceso al cielo del hemisferio sur, sino también por la diferencia horaria con Hawái, ya que son capaces de observar de noche mientras que en la isla aún es de día. Gracias a estos cuatro telescopios, el sistema ATLAS es actualmente el primer rastreador de asteroides peligrosos capaz de realizar un escaneo completo del cielo nocturno cada 24 horas.

Cada telescopio tiene 50cm de diámetro y pueden captar en una sola exposición un fragmento del cielo 100 veces más grande que la luna llena. ATLAS es capaz de entregar una alerta para un asteroide de alrededor de 10 metros de diámetro, potencialmente destructor de una ciudad, con un día de antelación.

Para un asteroide de 100 metros de diámetro, capaz de ocasionar la devastación de una región completa, el sistema podría entregar una alerta con más de tres semanas de anticipación, ya que los asteroides de mayor tamaño pueden ser detectados desde más lejos, explican desde ATLAS. En caso de colisionar con la Tierra, un asteroide así de grande podría llegar a generar una destrucción diez veces mayor que la provocada por la reciente erupción del volcán Hunga Tonga, agregan representantes del proyecto.

La Universidad de Hawái (UH) construyó en 2013 los primeros dos telescopios de ATLAS en Hawái con financiamiento del Programa de Observaciones de Objetos Próximos a la Tierra de la NASA, hoy llamado Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria. Ambos instrumentos, comenzaron a funcionar en 2017.

La estación chilena, por su parte, es financiada parcialmente por el Instituto Milenio de Astrofísica (MAS), y se encuentra en el Observatorio El Sauce, operado por Obtech, y cuenta con la colaboración académica del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica, la Universidad Andrés Bello, Universidad de Chile, Universidad Adolfo Ibáñez y del Observatorio Europeo Austral.

Los nuevos telescopios de ATLAS se suman a otros sistemas de última generación para el rastreo de objetos cercanos o NEOs que se encuentran en preparación. Según cuenta Larry Denneau, co-investigador principal de ATLAS, “afortunadamente, la búsqueda de NEOs es un esfuerzo colaborativo de nivel mundial, y la mejora de ATLAS complementa los ya existentes programas para la búsqueda terrestre de estos objetos, específicamente el telescopio de sondeo panorámico Pan-STARRS y el Catalina Sky Survey, ubicado en Tucson, Arizona. Todos estos sistemas poseen diferentes especialidades, y juntos, trabajarán para mantenernos a salvo de asteroides peligrosos que podrían caer, con días o décadas de antelación”.

A pesar de que el proyecto fue financiado para la búsqueda específica de objetos cercanos a la Tierra, los datos entregados por los telescopios de ATLAS se han convertido en una de las fuentes principales para el rastreo de otros fenómenos astronómicos. Los investigadores han hecho uso de este valioso conjunto de datos, escaneando el cielo completo para descubrir interesantes eventos que suceden muy lejos de nuestro sistema solar. El equipo ATLAS también colabora con la Universidad Queen’s Belfast para la búsqueda de estrellas explosivas y otros llamativos eventos de corta duración.